El Festival de Wesak,en el momento de la luna llena de Tauro, marca el punto culminante de la bendición espiritual al mundo. Hay un flujo inusual de vida y estímulo espiritual que sirve para vitalizar la aspiración de toda la humanidad.La intuición de todos los que pretenden servir al bien, lo bello y lo verdadero (independientemente de su fe o de su trasfondo espiritual) es estimulada por esta bendición espiritual.

En Wesak podemos visualizar la aspiración de todas las personas de buena voluntad fusionadas en una invocación focalizada en Buda, Cristo, y todos los Seres Iluminados en el lado interno de la vida. Este es un tiempo de dedicación, un tiempo para permanecer firmemente en la luz, y sobre todo, un tiempo para centrarse en las necesidades de nuestros semejantes, los seres humanos, y la necesidad de proporcionar un canal grupal por el que las fuerzas espirituales puedan afluir al cuerpo de la humanidad.

Una Ceremonia en el Himalaya

Se dice que durante este período de luna llena, Buda trae las Fuerzas de Iluminación que buscan entrar en contacto con la humanidad. En una ceremonia legendaria en un valle del Himalaya, Él regresa año tras año para bendecir a los Seres Iluminados reunidos, desde Cristo,hasta el más humilde discípulo. El movimiento ritualístico de los participantes forma patrones geométricos en el valle,absorbiendo y generando corrientes de fuerza espiritual que crean un canal para las potencias que traerá Buda.

A medida que se acerca la hora exacta de la luna llena, se extiende la expectación y la tensión en los reunidos. El momento de Su aparición se caracteriza por un gran Silencio, lleno de vitalidad y significado.

Uno de los mayores servicios que podemos prestar en este punto culminante del calendario espiritual es alinearse con el espíritu del Silencio en el valle de Wesak .Podemos prepararnos para mantener la conexión interna, incluso en medio de las interacciones mundanas de la vida cotidiana.

Manteniendo un silencio interno sostenido,y permaneciendo como observadores desapegados, podemos emular a los «observadores silenciosos» de los cielos, observando el flujo de pensamientos y deseos a medida que pasan a través nuestro, permaneciendo sin embargo desapegados de ellos, cuando nos ocupamos activamente de las energías más elevadas liberadas por Buda. Por medio de la tensión silenciosa generamos una intensificación de la luna llena,nos ponemos en contacto,no sólo con el alma, sino con el aspecto Espíritu, cuya Presenciale espera nuestro contacto e invocación. Así, podemos servir al Todo mayor.

El regreso anual de Buda para bendecir a las personas de todas partes y para transmitir el mensaje de sabiduría, luz y amor, es la evidencia externa y la garantía de la guía divina interna y de la revelación en el ciclo mundial actual.