El signo de Aries es el primer signo del zodíaco, del comienzo, de la creación, del inicio de la autoconsciencia, del dominio de la forma, del yo inferior. Es por ello un signo que inclina a la reorganización, a la reorientación, a la regeneración… a la resurrección.
La luna llena de Aries está justamente consagrada al Cristo resucitado (Festividad de la Resurrección). Resurrección implica avance progresivo gracias al esfuerzo para vencer la materia, desidentificándonos de nuestro yo inferior.
Ser conscientes de esta energía de Aries supone ser conscientes de nuestra actual resurrección para accder al quinto reino, supone ser conscientes de todas nuestras resurrecciones a través del reino mineral, vegetal y animal, supone construir ese puente de luz o Antakarana entre un reino y otro.
Aries ilumina nuestro sistema solar mediante el primer y el séptimo rayo:

  • El 1º rayo desarrolla la voluntad de iniciar
  • El 7º rayo desarrolla la voluntad de expresar

Por otro lado, existe también la influencia del regente exotérico, Marte, y del regente esotérico, Mercurio.

  • Marte favorece el conflicto y muerte de la forma (6º rayo). Cuando el fuego de Aries atraviesa Marte, auspicia el idealismo, el fanatismo destructivo, lucha, guerra, esfuerzo y evolución.
  • Mercurio favorece la iluminación y el desarrollo de la intuición (4º rayo). Cuando el fuego de Aries atraviesa Mercurio, produce armonía

Gráficamente:

Betania
2014