Empezando el Camino.
Así empieza el camino de las lágrimas. Así, conectándonos con lo doloroso.
Porque así es como se entra en este sendero, con este peso, con esta carga.
Y también con esta creencia irremediable: la supuesta conciencia de que no lo voy a soportar.
Porque todos pensamos al comenzar este tramo que es insoportable.
No es culpa nuestra; hemos sido entrenados por los más influyentes de nuestros educadores para creer que no soportaremos el dolor, que nadie puede superar la muerte de un ser querido, que podríamos morir si la persona amada nos deja, que la tristeza es nefasta y destructiva, que no somos capaces de aguantar ni siquiera un momento de sufrimiento extremo de una pérdida importante.
Y nosotros vivimos así, condicionando nuestra vida con estos pensamientos, que como la mayoría de las creencias aprendidas son una compañía peligrosa y actúan como grandes enemigos que nos empujasen a veces a costo mayores que los que supuestamente evitan.
En el caso de las pérdidas, por ej, pueden extraviarnos de la ruta hacia nuestra liberación definitiva de lo que ya no está…

Jorge Bucay

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