Siempre estoy vagando en esta playa
Entre la arena y la espuma.
La marea borrará las huellas de mis pies
Y el viento esparcirá la espuma.
Pero el mar y la playa continuarán por siempre jamás.
Un día encerré en mi mano un poco de niebla.
Y al abrir el puño, ¡ay!, la niebla
Se había convertido en gusano.
Volvía cerrar y abrir el puño, y ¡Albricias!,
En mi palma había un pájaro.
Nuevamente cerré y abrí el puño, y
Vi que en mi palma había un hombre,
De pie, de rostro triste, que me observaba.
Y volví a cerrar el puño; al abrirlo,
No había más que niebla.
Pero escuché un canto de inenarrable dulzura.
Apenas ayer me sentía una partícula
Oscilando sin ritmo en la espera de la vida.
Ahora sé que soy la espera, y toda
La vida palpita en rítmicos fragmentos
En mi interior.
Me dicen, en su vigilia:
«Tú y el mundo en que vives no sois
Más que un grano de arena en la
Infinita playa de un mar infinito».
Y yo les digo, en mi sueño: «Soy
El mar infinito, y todas las palabras
No son más que granos de arena
En mi playa».
Sólo una vez me quedé sin palabras.
Fue cuando un hombre me preguntó:
«¿Quién eres?»
El primer pensamiento de Dios fue un ángel.
La primera palabra de Dios fue un hombre.
…
Cuando la Vida no encuentra a un filósofo que cante al corazón de la Vida, produce un filósofo que habla de la mente de la Vida.
Una verdad hay que conocerla siempre, y sólo a veces hay que decirla.
Lo real, en nosotros, guarda silencio. Lo adquirido es lo que habla mucho.
…
Un poeta es un rey destronado que se sienta entre las cenizas de su palacio, tratando de formar una imagen con esas cenizas.
La poesía es labor de gozo, dolor y maravilla, con sólo algún signo del diccionario.
En vano buscará un poeta a la madre de los cantos de su propio corazón.
Una vez le dije a un poeta: -No sabremos lo que vales, hasta que mueras.
Y me contestó: -Sí; la muerte es la gran reveladora. Y si en verdad sabes lo que valgo cuando yo muera, es que habré tenido más poesía en mi corazón que en mi lengua, y más en mi deseo, qué en la mano.
Si cantas a la belleza, aunque estés solo en el corazón de un desierto, tendrás público.
La poesía es sapiencia que encanta al corazón.
La, sapiencia es poesía que canta en la mente.
Si pudiéramos encantar el corazón del hombre, y al mismo tiempo cantar en su mente, en verdad viviríamos a la sombra de Dios.
…
Pensar es siempre el escollo máximo de la poesía.
El mayor poeta es el que canta nuestros silencios.
…
Siembra una semilla y te dará una flor. Eleva tu sueño al cielo y te devolverá al ser amado.
Gibran K.G.
Arena y Espuma
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